Saqueados por los K'Chain Nah'Ruk, los Bonehunters marchan hacia Kolanse, donde les espera un destino desconocido. Atormentado por las preguntas, el ejército se tambalea al borde del motín, pero el adjunto Tavore no cederá. Queda un acto final, si está en su poder, si puede mantener unido a su ejército, si las alianzas inestables que ha forjado pueden sobrevivir a todo lo que está por venir. Tavore Paran, de la Casa Paran, una mujer sin dones mágicos, considerada vulgar, poco atractiva, que no muestra nada que infundir lealtad o confianza, pretende desafiar a los dioses, si sus propias tropas no la matan primero.

Tavore y sus aliados esperan a los Forkrul Assail, los árbitros finales de la humanidad. Aprovechando un poder alienígena terrible en su magnitud, buscan limpiar el mundo, aniquilar a todos los humanos, todas las civilizaciones, para comenzar de nuevo. Dan la bienvenida a la conflagración venidera de la matanza, porque será de su propia invención, y les complace saber que, en medio de los enemigos que se acumulan contra ellos, habrá traición.

En el reino de Kurald Galain, hogar de la ciudad perdida de Kharkanas, una masa de refugiados se encuentra en la Primera Costa. Comandados por Yedan Derryg, la Guardia, esperan la ruptura de Lightfall y la llegada del Tiste Liosan. Esta es una guerra que no pueden ganar, y morirán en nombre de una ciudad vacía y una reina sin súbditos.

En otro lugar, los tres Dioses Mayores, Kilmandaros, Errastas y Sechul Lath, trabajan para romper las cadenas que atan a Korabas, el Dragón Otataral, de su prisión eterna. Una vez liberada, se levantará como una fuerza de devastación, y ningún mortal podrá enfrentarse a ella. En las Puertas de Starvald Demelain, la Casa Azath que sella el portal se está muriendo. Pronto vendrán los Eleint y, una vez más, habrá dragones en el mundo.

IDIOMA ORIGINAL

The climax to the epic Malazan Book of the Fallen series that will determine how the world is ruled.

Savaged by the K'Chain Nah'Ruk, the Bonehunters march for Kolanse, where waits an unknown fate. Tormented by questions, the army totters on the edge of mutiny, but Adjunct Tavore will not relent. One final act remains, if it is in her power, if she can hold her army together, if the shaky allegiances she has forged can survive all that is to come. A woman with no gifts of magic, deemed plain, unprepossessing, displaying nothing to instill loyalty or confidence, Tavore Paran of House Paran means to challenge the gods – if her own troops don't kill her first.

Awaiting Tavore and her allies are the Forkrul Assail, the final arbiters of humanity. Drawing upon an alien power terrible in its magnitude, they seek to cleanse the world, to annihilate every human, every civilization, in order to begin anew. They welcome the coming conflagration of slaughter, for it shall be of their own devising, and it pleases them to know that, in the midst of the enemies gathering against them, there shall be betrayal.

In the realm of Kurald Galain, home to the long lost city of Kharkanas, a mass of refugees stand upon the First Shore. Commanded by Yedan Derryg, the Watch, they await the breaching of Lightfall, and the coming of the Tiste Liosan. This is a war they cannot win, and they will die in the name of an empty city and a queen with no subjects.

Elsewhere, the three Elder Gods, Kilmandaros, Errastas and Sechul Lath, work to shatter the chains binding Korabas, the Otataral Dragon, from her eternal prison. Once freed, she will rise as a force of devastation, and against her no mortal can stand. At the Gates of Starvald Demelain, the Azath House sealing the portal is dying. Soon will come the Eleint, and once more, there will be dragons in the world.

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