Esperado por sus enemigos para morir la muerte miserable de un esclavo militar, Kaladin sobrevivió para recibir el mando de los guardaespaldas reales, una primicia controvertida para un "ojos oscuros" de bajo estatus. Ahora debe proteger al rey y a Dalinar de todos los peligros comunes, así como de la amenaza claramente poco común del Asesino, todo mientras lucha en secreto para dominar nuevos poderes notables que de alguna manera están vinculados a su honorspren, Syl.
El Asesino, Szeth, está activo nuevamente, asesinando a los gobernantes de todo el mundo de Roshar, usando sus desconcertantes poderes para frustrar a todos los guardaespaldas y eludir a todos los perseguidores. Entre sus principales objetivos se encuentra el Alto Príncipe Dalinar, ampliamente considerado el poder detrás del trono alezi. Su papel principal en la guerra parecería razón suficiente, pero el maestro del Asesino tiene motivos mucho más profundos.
La brillante pero problemática Shallan se esfuerza por seguir un camino paralelo. A pesar de estar quebrantada de maneras que se niega a reconocer, soporta una terrible carga: evitar de alguna manera el regreso de los legendarios Voidbringers y la Desolación que acabará con la civilización que seguirá. Los secretos que necesita se pueden encontrar en Shattered Plains, pero llegar allí resulta más difícil de lo que podría haber imaginado.
Mientras tanto, en el corazón de Shattered Plains, los parshendi están tomando una decisión trascendental. Presionados por años de ataques alezi, sus números cada vez más reducidos, su líder de guerra, Eshonai, los convence de arriesgarlo todo en una apuesta desesperada con las mismas fuerzas sobrenaturales de las que una vez huyeron. Las posibles consecuencias para los parshendi y los humanos por igual, de hecho, para el propio Roshar, son tan peligrosas como incalculables.
IDIOMA ORIGINAL
Expected by his enemies to die the miserable death of a military slave, Kaladin survived to be given command of the royal bodyguards, a controversial first for a low-status darkeyes. Now he must protect the king and Dalinar from every common peril as well as the distinctly uncommon threat of the Assassin, all while secretly struggling to master remarkable new powers that are somehow linked to his honorspren, Syl.
The Assassin, Szeth, is active again, murdering rulers all over the world of Roshar, using his baffling powers to thwart every bodyguard and elude all pursuers. Among his prime targets is Highprince Dalinar, widely considered the power behind the Alethi throne. His leading role in the war would seem reason enough, but the Assassin's master has much deeper motives.
Brilliant but troubled Shallan strives along a parallel path. Despite being broken in ways she refuses to acknowledge, she bears a terrible burden: to somehow prevent the return of the legendary Voidbringers and the civilization-ending Desolation that will follow. The secrets she needs can be found at the Shattered Plains, but just arriving there proves more difficult than she could have imagined.
Meanwhile, at the heart of the Shattered Plains, the Parshendi are making an epochal decision. Hard pressed by years of Alethi attacks, their numbers ever shrinking, they are convinced by their war leader, Eshonai, to risk everything on a desperate gamble with the very supernatural forces they once fled. The possible consequences for Parshendi and humans alike, indeed, for Roshar itself, are as dangerous as they are incalculable.
Interés
