Mythology (hc)

A principios del siglo XIX, un noble inglés se embarcó en un recorrido por los sitios de la antigua Grecia. Trajo como guía un manual básico sobre los mitos griegos escrito por su amiga Lady Hestia Evans, una devota de Lord Byron que recientemente había realizado el mismo viaje. En el verdadero espíritu romántico, el libro de Lady Hestia no solo estaba lujosamente ilustrado, sino que también contaba con muchas artesanías de papel y novedades, incluido un juego de cartas con los doce atletas olímpicos, un oráculo de hojas de roble de Zeus, una caja de Pandora emergente (con esperanza aún interior), un librito que narra la historia de Odiseo, una pieza del Vellocino de Oro, una moneda OBOLOS de oro para pagar al barquero del río Styx, y muchas más solapas, desplegables y otras sorpresas. El noble agregó sus propios comentarios ingeniosos y dibujos en el camino, pero parece haber deseado algo extraño en el oráculo de Delfos: a medida que el libro se acerca al final, lentamente comienza a girar. . .a oro. Ahora, para los amantes de los mitos griegos y aquellos que acaban de descubrir su poder atemporal, este fascinante volumen se reproduce fielmente con todo su ambiente romántico, ingenio inteligente y características novedosas intactas.

IDIOMA ORIGINAL

In the early nineteenth century, an English nobleman embarked on a tour of the sites of ancient Greece. He brought as his guide a primer on Greek myths written by his friend Lady Hestia Evans, a devotee of Lord Byron who had recently taken the same voyage. In the true Romantic spirit, Lady Hestia’s book was not only lavishly illustrated but also boasted many paper crafts and novelties, including a card game featuring the twelve Olympians, an oak-leaf oracle of Zeus, a pop-up Pandora’s box (with hope still inside), a booklet retelling the tale of Odysseus, a piece of the Golden Fleece, a gold OBOLOS coin to pay the ferryman on the River Styx, and many more flaps, foldouts, and other surprises. The nobleman added his own witty comments and drawings along the way, but seems to have wished for something odd at the Delphic oracle: as the book nears its end, it slowly begins to turn . . .to gold. Now, for lovers of Greek myths and those just discovering their timeless power, this fascinating volume is faithfully reproduced with all its Romantic ambience, clever wit and novelty features intact.