En este primer libro de Verónica Jiménez Arguedas confluyen, entre otros, los grandes temas de la literatura universal: el reggaetón, el arroz cantonés, los dolores en el cuerpo, las redes sociales y los platos sucios. Es decir, todas esas cosas que nos permiten atravesar los duelos. La poesía de Jiménez es pop y espunk. Sus poemas son insolentes y son tiernos.
Jiménez supo encontrar en algunos procedimientos de la escritura no creativa un tono que le permitiera equilibrar el sentido del humor, el relato autobiográfico y lo político. Con estos recursos logra armar un libro conceptual y sólido. Cada poema es una declaración de intenciones contra la poesía,contra el periodismo, contra la cultura machista y excluyente. Esto lo hace de una forma libre y directa,sin forzar tópicos ni enunciados retóricos.
Una de las virtudes de este libro es que no encaja con nada de la poesía costarricense que se ha publicado en los últimos años. Por ese trillo se asoma Jiménez con algo fresco. Viene pateando bellas hortensias.
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