El eminente neurocirujano inglés, en un inusitado alarde de valentía y honestidad intelectual, reveló lo mejor y lo peor de una profesión que le ha deparado muchos momentos maravillosos, aunque también experiencias demoledoras. Confesiones, su segundo libro, es tan apasionante como el anterior. En él, Henry Marsh, recién jubilado después de haber ejercido su profesión durante más de tres décadas en un hospital público de Londres, comparte recuerdos y reflexiones sobre sus años de estudiante, sobre las experiencias que lo marcaron en sus primeros pasos como cirujano o sobre su trabajo desinteresado en Nepal y Ucrania, realizado en unas condiciones especialmente difíciles. Su visión de la realidad, rigurosa pero afable, es un bálsamo en un ámbito, el de la medicina y la sanidad pública, cada día más impersonal e hipertecnificado, y nos ayuda a centrar la atención en lo que verdaderamente importa.
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