Earths Children 3 The Mammoth Hunters

Una vez más, Jean M. Auel abre la puerta de un tiempo pasado para revelar una era de maravillas y peligros en los albores de la raza humana moderna. Con todo el arte narrativo consumado y la vívida autenticidad que aportó a El clan del oso cavernario y su secuela, El valle de los caballos, Jean M. Auel continúa el impresionante viaje épico de la mujer llamada Ayla.

Montando a Whinney con Jondalar, el hombre que ama, y ​​seguida por el potro de la yegua, Ayla se aventura en la tierra de los Mamutoi, los cazadores de mamuts. Finalmente ha encontrado a los Otros que ha estado buscando. Aunque Ayla debe aprender sus diferentes costumbres e idiomas, es adoptada debido a su notable habilidad para la caza, sus singulares habilidades de curación y su extraña técnica para hacer fuego. Al traer de vuelta al único cachorro de un lobo solitario que ha matado, Ayla muestra la forma en que domestica a los animales.

Encuentra amigas y dolorosos recuerdos del Clan que dejó atrás, y conoce a Ranec, el magnético maestro tallador de marfil de piel oscura, a quien no puede rechazar, incitando a Jondalar a una feroz envidia que trata de controlar evitándola. Al no estar familiarizada con las costumbres de los Otros, Ayla no entiende y, pensando que Jondalar ya no la ama, se vuelve más hacia Ranec. A lo largo del gélido invierno, la tensión aumenta, pero el clima cálido traerá consigo la caza del gran mamut y los rituales de apareamiento de la Reunión de Verano, cuando Ayla debe elegir quedarse con Ranec y los Mamutoi, o seguir a Jondalar en un largo viaje hacia un futuro desconocido.

IDIOMA ORIGINAL

Once again Jean M. Auel opens the door of a time long past to reveal an age of wonder and danger at the dawn of the modern human race. With all the consummate storytelling artistry and vivid authenticity she brought to The Clan of the Cave Bear and its sequel, The Valley of Horses, Jean M. Auel continues the breathtaking epic journey of the woman called Ayla.

Riding Whinney with Jondalar, the man she loves, and followed by the mare’s colt, Ayla ventures into the land of the Mamutoi The Mammoth Hunters. She has finally found the Others she has been seeking. Though Ayla must learn their different customs and language, she is adopted because of her remarkable hunting ability, singular healing skills, and uncanny fire making technique. Bringing back the single pup of a lone wolf she has killed, Ayla shows the way she tames animals.

She finds women friends and painful memories of the Clan she left behind, and meets Ranec, the dark-skinned, magnetic master carver of ivory, whom she cannot refuse inciting Jondalar to a fierce jealousy that he tries to control by avoiding her. Unfamiliar with the ways of the Others, Ayla misunderstands, and thinking Jondalar no longer loves her, she turns more to Ranec. Throughout the icy winter the tension mounts, but warming weather will bring the great mammoth hunt and the mating rituals of the Summer Meeting, when Ayla must choose to remain with Ranec and the Mamutoi, or to follow Jondalar on a long journey into an unknown future.