Accursed

Princeton, Nueva Jersey, a principios del siglo XX: una ciudad elegante para las almas elegantes. Pero algo oscuro y peligroso acecha en sus bordes, corrompiendo e infectando a sus residentes. Vampiros y fantasmas acechan los sueños de los inocentes y una poderosa maldición acecha a las familias de la élite: sus hijas comienzan a desaparecer. Y en Pine Barrens que bordean la ciudad, se abre un exuberante y aterrador inframundo.

Cuando un príncipe vagamente europeo que cambia de forma, que podría ser simplemente el diablo, secuestra a una joven novia al borde de el altar, su hermano se dispone contra viento y marea para encontrarla. Su camino se cruzará con el de las personas más formidables de Princeton, incluido Grover Cleveland, recién salido de su segundo mandato en la Casa Blanca, que pronto será el comandante en jefe Woodrow Wilson, un individuo complejo obsesionado hasta el punto de la locura con su necesidad de retener el poder, el joven idealista Upton Sinclair y su carismático camarada Jack London, y el escritor más famoso de la época, Mark Twain, todos ellos plagados de visiones "malditas".

IDIOMA ORIGINAL

Princeton, New Jersey, at the turn of the twentieth century: a genteel town for genteel souls. But something dark and dangerous lurks at its edges, corrupting and infecting its residents. Vampires and ghosts haunt the dreams of the innocent and a powerful curse besets the families of the elite–their daughters begin disappearing. And in the Pine Barrens that border the town, a lush and terrifying underworld opens up.

When a shape-shifting, vaguely European prince, who might just be the devil, abducts a young bride on the verge of the altar, her brother sets out against all odds to find her. His path will cross those of Princeton's most formidable people, including Grover Cleveland, fresh out of his second term in the White House, soon-to-be commander in chief Woodrow Wilson, a complex individual obsessed to the point of madness with his need to retain power, the young idealist Upton Sinclair and his charismatic comrade Jack London, and the most famous writer of the era, Mark Twain–all of whom are plagued by "accursed" visions.