Mala en sánscrito significa guirnalda de rosas y se originó en la India. Del budismo e hinduismo pasó al Islam y del Islam se transmitió al cristianismo en tiempos de las Cruzadas. Los malas o rosarios se utilizan para contar las palabras devocionales o recitaciones en la meditación con de mantras. Esta consiste en repetir palabras para generar vibraciones. Se coloca en una mano y se toma una cuenta. Cada vez que se recita se hace rotar el mala y se pasa a la siguiente cuenta. Es una manera eficaz de mantenerse en el presente y apaciguar la mente consiguiendo paz y silencio.
También son un accesorio personal que define nuestra personalidad y nuestro carácter. Además, en todas las tradiciones, los malas tienen una mágica energía protectora. El rosario completo suele tener 108 cuentas, símbolo de las 108 pasiones humanas. También puede tener 27 cuentas o cualquier otro número normalmente múltiplo de 3, como es el caso con esta pulsera-mala.
Los chakras (ruedas en sánscrito) corresponden a centros energéticos que condensan, distribuyen y transforman la energía vital en el cuerpo humano. Cada chakra tiene una función determinada y un poder de sanación único. Recientemente, científicos occidentales han comprobado su correspondencia con los 7 principales ganglios nerviosos que salen de la columna vertebral.
7º - Violeta - Chakra corona - Lo espiritual, el auto-conocimiento
6º - Índigo - Chakra del tercer ojo – La percepción, la intuición
5º - Azul - Chakra de la garganta - La expresión, el sonido
4º - Verde - Chakra del corazón - El amor, la compasión
3º - Amarillo - Chakra del plexo solar - El poder, el crecimiento
2º - Naranja - Chakra del sacro - La sexualidad, la creatividad
1º - Rojo - Chakra raíz - La supervivencia, la identidad
Cada piedra de este mala corresponde a uno de ellos.
27 cuentas de Ø ± 7 mm, piedras varias.