Febrero de 1862.
La Guerra Civil tiene menos de un año.
La lucha ha comenzado en serio, y la nación ha comenzado a darse cuenta de que le espera un largo , lucha sangrienta.
Mientras tanto, el amado hijo de once años del presidente Lincoln, Willie, yace en el piso de arriba de la Casa Blanca, gravemente enfermo.
En cuestión de días, a pesar de las predicciones de recuperación, Willie muere y descansa en un cementerio de Georgetown.
“Mi pobre muchacho, era demasiado bueno para esta tierra”, dice el presidente en ese momento.
“Dios lo ha llamado a casa”.
Los periódicos informan que un afligido Lincoln regresa, solo, a la cripta varias veces para sostener el cuerpo de su hijo.
A partir de esa semilla de verdad histórica, George Saunders teje una historia inolvidable de amor familiar y pérdida que se libera de su marco histórico realista. en un reino sobrenatural a la vez hilarante y aterrador.
Willie Lincoln se encuentra en un extraño purgatorio donde los fantasmas se mezclan, se quejan, se compadecen, pelean y realizan extraños actos de penitencia.
Dentro de esto estado de transición—llamado, en la tradición tibetana, el bardo—estalla una lucha monumental sobre el alma del joven Willie.
IDIOMA ORIGINAL
February 1862.
The Civil War is less than one year old.
The fighting has begun in earnest, and the nation has begun to realize it is in for a long, bloody struggle.
Meanwhile, President Lincoln’s beloved eleven-year-old son, Willie, lies upstairs in the White House, gravely ill.
In a matter of days, despite predictions of a recovery, Willie dies and is laid to rest in a Georgetown cemetery.
“My poor boy, he was too good for this earth,” the president says at the time.
“God has called him home.”
Newspapers report that a grief-stricken Lincoln returns, alone, to the crypt several times to hold his boy’s body.
From that seed of historical truth, George Saunders spins an unforgettable story of familial love and loss that breaks free of its realistic, historical framework into a supernatural realm both hilarious and terrifying.
Willie Lincoln finds himself in a strange purgatory where ghosts mingle, gripe, commiserate, quarrel, and enact bizarre acts of penance.
Within this transitional state—called, in the Tibetan tradition, the bardo—a monumental struggle erupts over young Willie’s soul.
Interés