En las consecuencias de la piratería rusa del Comité Nacional Demócrata, la presidenta del DNC, Debbie Wasserman Schultz, tuvo que renunciar. Para enderezar el barco, el DNC recurrió a una legendaria mano democrática: Donna Brazile. Como presidenta del Comité Nacional Demócrata durante la campaña de 2016, Brazile tuvo un asiento en primera fila para la carrera presidencial más salvaje, loca y perturbadora de la historia de Estados Unidos. Fue llamada a hacerse cargo de un partido dividido por el escándalo y las acusaciones de corrupción, y luego se convirtió en el centro de atención internacional después de que los rusos piratearan el sistema de correo electrónico del DNC, un intento descarado y totalmente sin precedentes de una potencia extranjera para influir en una elección presidencial.
IDIOMA ORIGINAL
In the aftermath of Russian hacking by the Democratic National Committee, DNC President Debbie Wasserman Schultz had to resign. To straighten the ship, the DNC turned to a legendary democratic hand: Donna Brazile. As chair of the Democratic National Committee during the 2016 campaign, Brazile had a front-row seat for the wildest, craziest and most disturbing presidential race in the history of the United States. She was called to take over a party divided by the scandal and corruption allegations, and then became the center of international attention after the Russians hacked the DNC's email system, a blatant and totally unprecedented attempt to a foreign power to influence a presidential election.
Autor | DONNA BRAZILE |
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Editorial | HACHETTE |
Idioma | Inglés |