Cult Of The Amateur

Ha llegado la hora del aficionado y el público dirige el espectáculo.

En una polémica contundente y provocativa, el experto y experto de Silicon Valley Andrew Keen expone las graves consecuencias de la nueva Web 2.0 participativa de hoy y revela cómo amenaza nuestros valores, economía y, en última instancia, la innovación y la creatividad que forman el tejido de los logros estadounidenses.

Nuestras instituciones culturales más valiosas, advierte Keen (nuestros periódicos, revistas, música y películas profesionales) están siendo superadas por una avalancha de contenido gratuito generado por usuarios aficionados. Los ingresos por publicidad están siendo desviados por anuncios clasificados gratuitos en sitios como Craigslist; las cadenas de televisión están siendo atacadas por la programación gratuita generada por los usuarios en YouTube y similares; el intercambio de archivos y la piratería digital han devastado el negocio de la música multimillonario y amenazan con socavar nuestra industria cinematográfica. Peor aún, afirma Keen, nuestra cultura en línea de "cortar y pegar", en la que la propiedad intelectual se intercambia, descarga, combina y agrega libremente, amenaza más de 200 años de protección de derechos de autor y derechos de propiedad intelectual, robando a artistas, autores, periodistas, músicos, editores y productores de los frutos de sus labores creativas.

En la cultura actual de la autotransmisión, donde se celebra el amateurismo y cualquiera que tenga una opinión, por mal informada que esté, puede publicar un blog, colgar un vídeo en YouTube o cambiar una entrada en Wikipedia, la distinción entre un experto formado y un aficionado desinformado se vuelve peligrosamente borroso. Cuando los blogueros y videógrafos anónimos, sin las restricciones de los estándares profesionales o los filtros editoriales, pueden alterar el debate público y manipular la opinión pública, la verdad se convierte en una mercancía que se puede comprar, vender, empaquetar y reinventar.

El mismo anonimato que ofrece la Web 2.0 cuestiona la confiabilidad de la información que recibimos y crea un entorno en el que los depredadores sexuales y los ladrones de identidad pueden moverse libremente. Si bien no es un ludita, Keen fue pionero en varias empresas emergentes de Internet, nos insta a considerar las consecuencias de apoyar ciegamente una cultura que respalda el plagio y la piratería y que debilita fundamentalmente a los medios tradicionales y las instituciones creativas.

Ofreciendo soluciones concretas sobre cómo podemos reinar en la atmósfera narcisista y despreocupada que impregna la Web, EL CULTO DEL AMATEUR es una llamada de atención para todos y cada uno de nosotros.

IDIOMA ORIGINAL

Amateur hour has arrived, and the audience is running the show

In a hard-hitting and provocative polemic, Silicon Valley insider and pundit Andrew Keen exposes the grave consequences of today’s new participatory Web 2.0 and reveals how it threatens our values, economy, and ultimately the very innovation and creativity that forms the fabric of American achievement.

Our most valued cultural institutions, Keen warns—our professional newspapers, magazines, music, and movies—are being overtaken by an avalanche of amateur, user-generated free content. Advertising revenue is being siphoned off by free classified ads on sites like Craigslist; television networks are under attack from free user-generated programming on YouTube and the like; file-sharing and digital piracy have devastated the multibillion-dollar music business and threaten to undermine our movie industry. Worse, Keen claims, our “cut-and-paste” online culture—in which intellectual property is freely swapped, downloaded, remashed, and aggregated—threatens over 200 years of copyright protection and intellectual property rights, robbing artists, authors, journalists, musicians, editors, and producers of the fruits of their creative labors.

In today’s self-broadcasting culture, where amateurism is celebrated and anyone with an opinion, however ill-informed, can publish a blog, post a video on YouTube, or change an entry on Wikipedia, the distinction between trained expert and uninformed amateur becomes dangerously blurred. When anonymous bloggers and videographers, unconstrained by professional standards or editorial filters, can alter the public debate and manipulate public opinion, truth becomes a commodity to be bought, sold, packaged, and reinvented.

The very anonymity that the Web 2.0 offers calls into question the reliability of the information we receive and creates an environment in which sexual predators and identity thieves can roam free. While no Luddite—Keen pioneered several Internet startups himself—he urges us to consider the consequences of blindly supporting a culture that endorses plagiarism and piracy and that fundamentally weakens traditional media and creative institutions.

Offering concrete solutions on how we can reign in the free-wheeling, narcissistic atmosphere that pervades the Web, THE CULT OF THE AMATEUR is a wake-up call to each and every one of us.