Moms Who Drink And Swear

Si sientes que tus hijos te están matando, has venido al lugar correcto. Esta guía irreverente y divertida sobre las pruebas de la maternidad es el regalo perfecto para mamá, o para cualquier mujer con un corazón enorme y una boca que a veces necesita ser lavada con jabón.

Atención, todas las que van al baño. Madres boquiabiertas y bebedoras de vino barato: prepárense para encontrarse con su pareja. Cualquier mal pensamiento que haya tenido sobre sus hijos, Nicole Knepper lo ha tenido peor. Mucho peor. No es que no ame a sus hijos. Es que ella entiende lo jodidamente loco que puede ser tratar de civilizar a esas pequeñas bestias salvajes.

Basado en su popularísima página de Facebook, “Mamás que beben y dicen malas palabras”, este libro revela por qué las cenas familiares son como el herpes, cómo evitar romper juguetes por los que se pelean y la alegría de saber que su hijo ha asesinado a su amigo imaginario. Mientras Nicole despotrica y elogia sobre el cuidado de los niños (sin aplastarles el alma), la unión familiar (sin demasiadas lágrimas), la gracia salvadora de las novias (y el vodka) y el amor y el matrimonio (y todo el equipaje que los acompaña), llega al meollo de lo que toda madre exasperada piensa, pero es mucho más divertido.

IDIOMA ORIGINAL

If you feel like your kids are killing you, you’ve come to the right place. This irreverant, hilarious guide to the trials of motherhood makes the perfect gift for mom—or any woman with a huge heart and a mouth that sometimes needs washing out with soap.

Attention all potty-mouthed, cheap-wine-drinking mothers: Prepare to meet your match. Any bad thought you’ve had about your kids, Nicole Knepper has had worse. Much worse. It’s not that she doesn’t love her kids. It’s that she understands what a mind-f*?% it can be to try to civilize those wild little beasts.

Based on her hugely popular Facebook page, “Moms Who Drink and Swear,” this book reveals why family dinners are like herpes, how to avoid smashing toys that are being fought over, and the joy of hearing that your son has murdered his imaginary friend. As Nicole rants and raves about caring for children (without crushing their souls), family togetherness (without too many tears), the saving grace of girlfriends (and vodka), and love and marriage (and all the baggage that goes with them), she gets to the heart of what every exasperated mom is thinking, just much funnier.