Chandelier

Después del enorme éxito de su primera novela Cerca del corazón salvaje, el huracán Clarice desató algo más tormentoso con El candelabro.

En un cuerpo de trabajo reconocido por su potente genio idiosincrásico, El candelabro en en muchos sentidos tiene un lugar de honor.

"Se destaca", señaló su biógrafo Benjamin Moser, "en un cuerpo de trabajo extraño y difícil, como quizás su libro más extraño y más difícil".

De intensidad glacial, que consiste casi en su totalidad en monólogos interiores, interrumpidos por extraños y discordantes fragmentos de diálogo y acción, la novela se mueve en ondas lentas que alcanzan su punto máximo en momentos de revelación.

Mientras Virginia busca la libertad a través de creación, el drama de su vida aislada es casi enteramente interno: desde niña esculpe figurillas de barro con “el mejor barro que uno pueda desear: blanco, flexible, pegajoso, frío.

Consiguió una clara y tierna material a partir del cual podría dar forma a un mundo.

Cómo, cómo explicar el milagro...

”Mientras que en un nivel simplemente el historia de la vida de una mujer, el verdadero drama de The Chandelier radica en el intento de Lispector de “encontrar el núcleo hecho de un solo instante...

el tenue triunfo y la derrota, tal vez nada más que respirar.”

The Chandelier lleva la búsqueda de Lispector de ese núcleo durante toda su vida a territorios más profundos que cualquiera de sus otros trabajos asombrosos.

IDIOMA ORIGINAL

Fresh from the enormous success of her debut novel Near to the Wild Heart, Hurricane Clarice let loose something stormier with The Chandelier.

In a body of work renowned for its potent idiosyncratic genius, The Chandelier in many ways has pride of place.

“It stands out,” her biographer Benjamin Moser noted, “in a strange and difficult body of work, as perhaps her strangest and most difficult book.”

Of glacial intensity, consisting almost entirely of interior monologues―interrupted by odd and jarring fragments of dialogue and action―the novel moves in slow waves that crest in moments of revelation.

As Virginia seeks freedom via creation, the drama of her isolated life is almost entirely internal: from childhood, she sculpts clay figurines with “the best clay one could desire: white, supple, sticky, cold.

She got a clear and tender material from which she could shape a world.

How, how to explain the miracle...

” While on one level simply the story of a woman’s life, The Chandelier’s real drama lies in Lispector’s attempt “to find the nucleus made of a single instant...

the tenuous triumph and the defeat, perhaps nothing more than breathing.”

The Chandelier pushes Lispector’s lifelong quest for that nucleus into deeper territories than any of her other amazing works.